sábado, 3 de mayo de 2008

Proteger el capital y cortar las pérdidas. II (del reportillo del 29-02-2008)

Como dijimos en la primera parte de este tema, tratado en uno de los reportillos anteriores, una de las premisas básicas en bolsa es proteger el capital. Para ello, las únicas dos formas de hacerlo son: a) no operando o b) con stops de protección. La primera la desechamos por obvia: si no se opera no habrá pérdidas, pero tampoco ganancias. Así que nos concentraremos en esta y en próximas entregas en ver lo relacionado con los stops de protección.

¿Qué es un stop de protección? Los stops de protección, también llamados stops loss o stops de pérdidas, son ordenes condicionadas de venta que ponemos en nuestra plataforma operativa, para a) evitar que un movimiento en el sentido contrario al previsto, nos haga incurrir en pérdidas superiores a las tolerables o b) evitar que, una vez obtenidas ganancias en una operativa, estas se evaporen, haciéndonos perderlas o incluso peor, entrar en pérdidas.

Estas órdenes condicionadas se activan en cierto nivel predeterminado, señalado por cada quien y se ejecutan según la orden que hayamos dado: a mercado, por lo mejor o “igual o por encima” de determinado precio que indiquemos en nuestra plataforma operativa. Por ejemplo, si compramos una acción en 10 con stop loss de activación a 9 y ejecución a mercado, si el precio baja de 10 y llega a 9 en ese momento se activará la orden de venta y venderá nuestras acciones a mercado. Si el precio, tal como hemos previsto sube por encima de 10 y sigue subiendo, o baja pero no llega a tocar los 9, el stop no se activará o como suele decirse, no saltará.

Nunca se debe operar sin poner stops. El stop no es una garantía 100% segura de que no vamos a incurrir en pérdidas no tolerables, pero es una garantía de que es muy probable de que no incurramos en este tipo de pérdidas.

El stop debe hacerse a través de un orden condicionada de activación automática, pues los stops “mentales” no sirven, no funcionan, uno tiende a olvidarse de ellos, los ignora, los relaja, perdiendo su principal función.

¿Qué parámetros debemos tomar en cuenta a la hora de poner un stop loss? En los stop loss, hay que tomar en cuenta dos variables o parámetros: el primero, obviamente, el precio, vinculado al nivel de pérdidas tolerables o aversión al riesgo de cada quien. El segundo, por lo que comentábamos en la primera parte de este tema, el tiempo, vinculado al coste de oportunidad.

En efecto, mientras transcurra el tiempo y no incurramos en pérdidas, pero tampoco en ganancias o al menos no lleguemos a nuestro precio objetivo, estamos atados a esa operativa, sin ganar ni perder, pero con el dinero inoperante, no lo podemos utilizar para otra operación, perdiendo así el coste de oportunidad o el poder utilizar ese mismo dinero para otra operativa más rentable o provechosa.

Por ello, un buen stop loss no sólo debe tener en cuenta el factor dinero, sino también el factor tiempo.

A) Stop Loss por factor tiempo.

Un stop loss que tome en cuenta el factor tiempo, va a depender de la operativa de cada quien, de la propia aversión al riesgo o del marco temporal que cada uno considere adecuado para su operativa, es decir, el mayor o menor plazo en el que suele operar cada quien.

Hay quienes fijan un lapso de tiempo determinado: una semana, una quincena, un mes, un bimestre, etc. Transcurrido el lapso de tiempo fijado, si no se ha logrado el precio objetivo, se activa el stop. Otros, establecen determinado número de sesiones, 10, 15, 20 o 30 sesiones, por ejemplo, transcurridas las cuales, se activa el stop. También, hay quienes cierran las operaciones no ganadoras, en determinado momento o en determinadas fechas, independientemente del tiempo que lleven con la posición, por ejemplo: todos los días 15 del mes, los días 30, los días 30 de los meses pares, etc.

En definitiva, la modalidad y tiempo establecido, va a depender del gusto, operativa y frecuencia con la que cada quien se sienta más cómodo. Debe tomarse en cuenta que algunas plataformas operativas no permiten exceder determinado lapso de tiempo para poner una orden condicionada y como suelen no avisar de manera automática cuando caducan, hay que estar pendiente de reactivarla para no quedarnos sin stop.

Vistos las distintas modalidades de stops vinculados al factor tiempo, veremos en próximos reportillos los diferentes tipos de stops vinculados al factor dinero.

Proteger el capital y cortar las pérdidas. I (del reportillo del 28-02-2008)

Una de las premisas básicas en bolsa es proteger el capital. El capital es la materia prima de la inversión o especulación bursátil. Sin el nada podemos hacer. Si se nos acaba, tenemos que salirnos del mercado, no hay otra opción. Por ello, es de vital importancia conservarlo, para lo cual, además de obtener ganancias con cierta regularidad al menos, es necesario reducir o cortar las pérdidas al máximo y lo más rápido posible.

¿Por qué es tan importante cortar las pérdidas? Un simple ejercicio matemático, nos hará caer en cuenta de algo, que por pensar en valores absolutos y no porcentuales, suele pasarnos desapercibido. Supongamos que nuestro capital es 10 y que al hacer una operación, tenemos una pérdida de 1. Para volver al estado inicial, recuperamos con una inversión ese 1 y volvemos a tener 10. Perdemos 1, ganamos 1, estamos igual que al principio ¿no?.Eso es pensar en valores absolutos.

Ahora pensemos en valores porcentuales. Tenemos 10 con los que hacemos una operación y en ella perdemos 1. Es decir el 10%. Para recuperar ese 1, tenemos los 9 que nos quedan ¿no?. Si invertimos 9 y ganamos 1, tenemos una ganancia ¿de? Exacto 11,11 %. Es decir, para sólo recuperar, tenemos que tener una ganancia porcentual superior a nuestra pérdida. En la siguiente columna, veremos como se va agravando la situación, a medida que las pérdidas son mayores:



(pinchar sobre el cuadro para ver)

Vemos claramente como, a medida que aumentan las pérdidas, el porcentaje de ganancia necesario en la siguiente inversión, sólo para recuperar la inversión inicial, se incrementa significativamente. Incluso, el limitar las pérdidas a un porcentaje pre-determinado de las mismas, hace que, tras una serie consecutiva de estas, el porcentaje de ganancias necesario para equipararse al nivel inicial se incremente de manera no proporcional, tal como veremos en la tabla a continuación:


(pinchar sobre el cuadro para ver)

Así vemos que, aunque mantengamos el porcentaje de pérdidas en el 3% y cada vez perdamos menos en valor absoluto, el porcentaje necesario de ganancias para poder recuperar las pérdidas, es cada vez mayor.

Lograr operaciones con ganancias superiores al 10% en el corto plazo, es muy muy difícil. Lograrlas de más del 20% es casi imposible y muy difícil aun en el mediano plazo. Pérdidas del más del 30% son prácticamente irrecuperables aun en el largo plazo.

Evitar las pérdidas es prácticamente imposible en una operativa permanente de corto y mediano plazo. En una operativa de muy largo plazo no, pero perdemos el coste de oportunidad, de utilizar los euros en otra operación que nos reditúe más ganancias, con el riesgo implícito de que si tenemos la necesidad de liquidar la posición en un momento determinado, si podemos registrar pérdidas y estas pueden ser muy cuantiosas. Por ello, es vital limitar las pérdidas a niveles tolerables y recuperables, que nos permitan mantenernos en el mercado todo el tiempo que queramos y realizar operativas con montos cada vez mayores, además de obtener rendimientos aprovechables.

Los rumores financieros (del reportillo del 26-02-2008)

Son rumores, son rumores !!!

En el reportillo de ayer, hablamos un poco sobre las noticias del ámbito económico y financiero y como afectan éstas al mercado. Hoy, vamos a ver la otra cara de la moneda “las otras noticias”, los rumores. El DRAE, define un rumor, como una “Voz que corre entre el público”. En efecto, los rumores financieros o bursátiles son informaciones, noticias no confirmadas, etc. que corren libremente por foros de bolsa, páginas web, chats e incluso por canales televisivos y prensa económica especializada. ¿Cómo comienza el rumor? Debemos comenzar por distinguir dos tipos de rumores: en primer lugar los que tienen alguna base cierta, en segundo lugar, los que son absolutamente producto de la imaginación del autor o los autores iniciales. Entre los primeros podemos incluir los que se basan en ciertas previsiones de resultados (positivos o negativos) o de negocios de empresas, de sectores económicos, etc.; los que son producto de la llamada “información privilegiada o interna” o los que se basan en declaraciones (o la expresión facial o tono de voz, incluso) de funcionarios, directores de empresas u órganos reguladores. Entre los segundos, la gama se amplía a aquellos que son producto de mitómanos, errores, manipulación pura y dura de cierto valor o sector, o simplemente de previsiones, opiniones o cálculos a los que se les da cierta credibilidad y comienzan a rodar en forma de rumor, muchas veces ampliados o exagerados.
El peligro de un rumor es, por una parte, su capacidad de expansión y difusión, la cual es exponencial y, gracias a internet, a velocidades de vértigo y por otra, como todo rumor, cada “difusor” puede añadirle notas de su propia cosecha, distorsionando más aun su contenido, al no haber una información o noticia cierta u oficial con la cual cotejarlo o comprobar su veracidad.
El rumor, al igual que una noticia cierta y dado lo que explicábamos en el reportillo de ayer, puede producir movimientos en el mercado al éste tener la tendencia a descontarlo todo. Incluso puede provocar movimientos realmente importantes que provoquen reacciones oficiales (suspensión de la cotización por determinado tiempo hasta que la empresa informe sobre la situación) o de la misma empresa, confirmando el rumor, que entonces pasa a convertirse en noticia, o negándolo, en cuyo caso suele ocasionarse un movimiento en la cotización, en sentido contrario al que antecedió a la noticia oficial y que muchas veces llega a excederlo.
¿Cómo saber si antes de la confirmación o negación, el rumor es cierto o no? Es muy difícil precisarlo. Hay quienes dicen que ocurre un movimiento inusual en el volumen de las transacciones de la empresa con anterioridad (dos semanas antes o así) a que se conozca y comience a expandir el rumor. Otros buscan confirmar a través de datos fundamentales, revisión de noticias o simple lógica y / o experiencia (comportamiento anterior de casos similares, por ejemplo), la veracidad o no del rumor. El incremento del volumen y su cuantía, así como el movimiento de la acción en un sentido u otro, con posterioridad a la difusión del rumor, también puede ser un indicador de su posible certeza o no. En líneas generales no hay una forma medianamente cierta de saber, con anterioridad y relativa precisión, si un rumor se convertirá en noticia cierta o no.
Lo verdaderamente relevante, es el movimiento en la acción o sector que acompaña a un rumor. Sea de base cierta o no, el mercado va a tender a querer descontar la noticia en caso de ser cierta. Así, aparte del volumen propio ocasionado por quienes manejan la noticia (en caso de ser cierta), se suma el volumen de aquellos que, sabiéndolo rumor, se suman a la ola, descontando así el mercado la certeza de la noticia. Cuando la noticia se confirma el mercado ya la ha descontado y de no ser cierto el rumor, comienza un movimiento en sentido contrario al anterior y mucho más rápido aun.
Por ello, dado que cuando se conoce la noticia, en el mejor de los casos, no sucede nada significativo en el movimiento del precio, existe el viejo dicho bursátil: “compra con el rumor y vende con la noticia”. Ejemplos hay miles: la aprobación de Yondelis en Zeltia, la fusión de Alcatel y Lucent, los rumores de fusión de Astroc y Aisa, los rumores de OPA sobre Iberia (en curso) y así ejemplos y ejemplos.
Así que a no olvidarlo. Cuando conocemos un rumor y de alguna forma nos convencemos de su certeza, algo extraño, una combinación de la más pura avaricia mezclada con el orgullo y la vanidad de poder vencer al mercado se apodera de nosotros, en una suerte de extraño maleficio que nos impide pensar con racionalidad. Una vez que sale la noticia, esa misma sensación nos va a impedir olvidarnos del dicho en cuestión, convenciéndonos de que conservar la posición adquirida con el rumor, es la mejor decisión que podemos tomar, con las consiguientes pérdidas posteriores. Por ello, insisto, nunca olvidarlo: compren con el rumor y vendan con la noticia, no se arrepentirán.Una advertencia final, cuídense de los rumores ocasionados por los llamados “calienta valores”, personas que se posicionan en determinados valores, usualmente de los que mueven poco volumen y llenan los foros de análisis, informes técnicos y supuestas noticias, donde aseguran beneficios para los que se posicionen, del 100% o más. Son personas sin escrúpulos que liquidan su posición en lo que se incrementa ligeramente el valor, dejando a muchos pillados en el mismo. Lamentablemente son una especie de plaga que pulula en algunos foros y se aprovechan de la buena fe o la inexperiencia de quienes caen en sus redes. Cuídense de ellos como si de una enfermedad infecciosa se tratase y recuerden siempre que nadie ofrece duros a cuatro pesetas, no dejéis que la avaricia guíe vuestra operativa y os haga perder unos euros que cuesta mucho ganar.